La innovación se trata de asumir riesgos, es la iniciativa que debemos tener todos para un buen desarrollo. Se trata no solo de comprender un tema si no de apoderarse y defender nuestras ideas en cualquier campo en la ciudad, Medellín tiene iniciativa que genera modelos de acción que tienen significado económico, es una ciudad que a lo largo del tiempo ha ido construyendo y produciendo habilidades para generar algo bueno y sorprendente.
Sin embargo, dentro del Plan de Desarrollo de Santos que tanto adula el autor del artículo, se acentúa aún más el paradigma neoliberal que comenzó desde César Gaviria. Por lo tanto, dentro de este plan se sigue contemplando la privatización del sector público, lo que incluye a las universidades. Para el autor del artículo, así como para el director de Planeación Nacional, quienes se vanaglorian de la supuesta eficiencia del nuevo paradigma de acumulación neoliberal, no es un secreto que la Universidad Pública está muy adelante en investigación respecto a la universidad privada. No sólo cualitativamente, sino también cuantitativamente, pues de todas las investigaciones que se desarrollan en el país la gran mayoría se llevan a cabo desde la Universidad Pública. Aparentemente una pequeña pero significativa contradicción entre el Plan de Desarrollo y el curso a la Innovación. Pero, aunque estas privatizaciones puedan significar un retroceso en investigación, no es una contradicción debido al tipo de innovación que quiere impulsar el dudosamente bien intencionado Plan de Desarrollo. Este tipo de innovación está pensada desde y para el Mercado. Toda la investigación, educación, desarrollo tecnológico, etc., estará pensado si no para disminuir el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción (en la mayoría de los casos de artículos de consumo), estará pensado para satisfacer necesidades no básicas de la población.
Pero Medellín, a pesar de ser atractivo para el desarrollo de nuevos negocios y de que desde la Alcaldía se impulse y apoye a las Pymes, hay un desarrollo del espacio público y del transporte público que está siempre orientado a integrar a los habitantes de la periferia con el crecimiento de la ciudad, así como a facilitarles la vida. Estos lugares están pensados para la interacción de la persona con el espacio con fines pedagógicos. Esta potencial disposición de sus habitantes a la innovación, inducida desde el sector público desde sus intervenciones, hace la ciudad atractiva para la inversión extranjera y nacional.
Como plan de desarrollo en la ciudad los estudios muestran que el crecimiento económico depende de la tecnología, no se trata solo de crear, construir edificios si no que tenga un significado, que la persona tenga la capacidad de entender y de asumir riesgos de innovar de crear algo nuevo, que contribuyan al buen desarrollo y así generar cultura, lo ideal es que el país se atreva a innovar experimentar , pero ese miedo al fracaso es lo que hace que la persona no genere cosas nuevas y se quede en lo mismo literal de todos los días .
La competitividad genera una sociedad más productiva pero para que sea en beneficio de la ciudad, primero hay que bajar los egos y aceptar las cosas positivas que tienen todos para así poner ese conocimiento en común y ayudar al desarrollo de la ciudad.
Medellín necesita personas competitivas, que innoven siendo creativas, que realicen todo sistemáticamente, si no también que aportan cosas nuevas, pero los espacios que brinda la ciudad no todos ayudan a generar ese desarrollo de la innovación en las personas pues son muy mecanizados e iguales, se necesitan espacios abiertos donde las personas puedas explotar su creatividad sin que se les imponga una forma de ver el mundo ya que por lo general en casi todas las instituciones educativas siempre se le está inculcando una forma de pensar, sin dar espacio para que cada quien elabore su pensamiento individual.
La ciudad es muy atractiva y lo que se necesita es intervenir más para que la cultura crezca: desarrollar aún más los espacios urbanos, explotar la habilidad que tenemos como personas y pensadores para que la ciudad se reconozca más como lo ha hecho hasta ahora y perder ese miedo al fracaso al que todos le huimos.
Felipe Medina
Tatiana López
Daniela Jiménez
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