jueves, 10 de noviembre de 2011

Libros reales - Fiesta del Libro 2011 - Por: Camilo Andrés López Valencia

Para mí hoy no es lo que antes era, hoy por hoy pese a que hay un lugar mejor para este evento, no había como llegar al Palacio de Exposiciones, verlo atiborrado de gente y de toldos y degustar como loco de los libros. El problema es que no era yo muy amante de los libros que dijeramos y la parte didáctica del asunto le hizo falta a las Ferias que me tocaron de niño para interesarme en leer, más que en una pelota de fútbol o un instrumento musical.
Yo solía leerme las gambetas, y las canciones, siempre cada verso fue un poema que me leí, me releí y en mis momentos donde el micrófono de mi ducha fue testigo de mi inspiración musical, recité los versos más bonitos que sonaron con son en las emisoras, los canales musicales y los dispositivos de reproducción.

Pero hoy por hoy los tiempos cambiaron, tenemos niños que juegan pelota, que no leen de las canciones por que les gusta el reguetón y que sobre todo saben utilizar la lectura con el internet y con las nuevas posibilidades que le da la nueva Fiesta del libro, como se le llama ahora, ellos tienen una ventaja sobre los de mi niñez... Ya que para ellos ir a este evento ya no sólo es ver libros, pues allí se pinta, se juega y se aprende en torno a la literatura, dejando un buen recuerdo en sus mentes y esa dudita y esa goma que genera un buen día  y ver todo un mundo abierto en toda su expresión como el de la literatura.

Y cuando digo abierto, es abierto de verdad, de par en par, abierto a todo público y con productos asequibles para todo el mundo, puesto que ya los libros no son inalcanzables en su precio en la Fiesta del libro, hoy hay desde el más barato hasta el más caro, y de muy buena calidad. Es genial ver cada vez más colorido, más artistas hablando con la gente y sobre todo con los "locos bajitos" de Serrat, esos que posiblemente se paren en el futuro a hablar sobre su propia literatura, pues ellos son los escritores o analistas del futuro, aquellos que harán renacer la conducta culta del pueblo paísa, esa que se perdió hace años cuando nuestra pujanza pasó de ser realidad a simple historia de libros y verbo de un pueblo que en sus palabras no olvida lo grande que fue, pero que ahora pisa con irrespeto lo que a lomo de mula lograron nuestros abuelos tradicionales y cultos.

Hoy por hoy, Medellín goza de un magno evento, que generalizó la literatura, que la sacó de los libros y plasmarla en la vida real, para dejarla como espectáculo en la mente de los niños de hoy, que antes de jugar a la pelota pensarán que es un poema lo que hacía Pelé con ella y al tocar un instrumento tomarán como metáfora las manos de Jimmy Hendrix y las letras de John Lennon, y ya en su mente la goma, se generará el hábito del libro como el buen amigo que divierte y entretiene, finalizando por la acción más linda de la literatura, el momento en el que antes de verla en la realidad de un dibujo o una película, ese momento en que nuestra creatividad se deleita imaginándose lo que se está leyendo al acomodo que nuestro entendimiento de razón y corazón le quiera dar. 

Por: Camilo Andrés López Valencia

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