Es extraño, pero en la selva aunque ustedes no lo crean, existen un montón de farmacias Pasteur y hay varias sucursales de “La tienda Del Peluquero”; allí es donde tarzan compra todas las cosas personales de aseo, máquinas de afeitar, crema de manos y cepillo de dientes.
Parece increíble como un personaje que vive en este lugar tan agreste y donde no hay absolutamente nada (creería uno), se mantiene este “gigoló” selvático como una princesita, organizadito, afeitado, motiladito y con tratamiento capilar en el pelo.
Brinca por los árboles, pelea con animales, y no se despeina; su aspecto es como si oliera a loción y todo (debe ser pachulí), y su taparrabos parece que lo lavara todos los días porque tampoco se le ensucia; chita debe ser quien le desenreda el pelo y debe ir al gimnasio “Forma” a hacer pesas, a caminar en elíptica y a hacer spinning porque que man tan cuajo.
El hombre se hace la cera cada ocho días en la 80, es como metrosexual, porque tampoco tiene ni un pelo en las piernas, ni en las axilas ni en ninguna otra parte; es absolutamente lampiño.
Creo que podríamos hacer con esta historia, una comparación con nuestra sociedad y estoy seguro que más de uno se podría sentir identificado leyendo esto, la selva agreste de Medellín, las farmacias, los gigolós, la cera, los motiladitos iguales, el pachuli y los metrosexuales que van a los gimnasios a volverse princesitas, organizaditos y que se echan tratamientos capilares en el pelo.
Además al parecer “tener barba es un privilegio”
Piénsenlo y me dicen.
Daniel Lema Lema
Al querer negar lo que somos, hemos caído en el mundo de lo banal y de lo efímero, siendo descendientes de nuestros "primates" olvidamos el ser, queremos no ser,-El hedonismo es una razón de época y efímera como las modas y los imperios. Las hembras en esta época no buscan para preservar la especie, buscan para PLACER; disimulado con una supuesta estética. Ya no es el mas apto sino el mas LINDOOO.
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