- !Llegamos! - Le dijo Antonio a Susana quitándole la venda que tenía en los ojos.
El cuarto estaba en silencio, las ventanas estaban tapadasa con hojas de periódico de antaño, había velas en el suelo y un camino de pétalos de rosa y dientes de león que atravesando una cortina de bambú, conducían al lecho donde consumarían su amor y darían paso a ese mágico mundo de amarse sin motivos en medio de la oscuridad y el roce de sus cuerpos.
Susana frente a la cortina de bambú, mientras su mirada se aclaraba luego de haber estado nublada por la presión de la venda que la cubría, quedó atónita al ver el acondicionamiento que tenía aquel pequeño y estrecho lugar que Antonio había elegido para que fuera su espacio de amor furtivo, que entre otras cosas para ella era importante, pues ese 14 de Febrero, era el día en que Susana perdería la virginidad.
Susana frente a la cortina de bambú, mientras su mirada se aclaraba luego de haber estado nublada por la presión de la venda que la cubría, quedó atónita al ver el acondicionamiento que tenía aquel pequeño y estrecho lugar que Antonio había elegido para que fuera su espacio de amor furtivo, que entre otras cosas para ella era importante, pues ese 14 de Febrero, era el día en que Susana perdería la virginidad.
Antonio besó a Susana tan apasionadamente que sus impulsos eran casi incontrolables pero quería que aquel día valiera tanto la pena, que decidió ir con calma sobretodo por la situación de susana; la hizo sentir segura con su beso y la invitó a atravesar la cortina, paso que al darse era como entrar al país de los deseos. Él sabía que se enfrentaría a situaciones adversas como al NO rotundo que le daría Susana si sus nervios llegaran a invadirla.
Susana tomó la delantera y atravesó la cortina tomada de la mano con Antonio, descalzó sus pies para poder sentir el roce de los pétalos en sus plantas y Antonio tomó el control de la situación al darle play a la grabadora que había cerca de la pata de la cama, la cual empezó a sonar como desgarrando las ropas de los dos amantes ancadenados, "tu boca" de cabas.
Antonio lentamente mientras besaba a Susana, tendidos en la cama, comenzó a quitarle la ropa, ella intranquila conociendo a lo que se enfrentaba, con recelo se dejaba aunque por dentro temía.
- Te amo, Susana - en medio de un susurro quedo al oído le decía al oído le decía Antonio a Susana y la acariciaba, completamente desnudos y tendidos en su lecho de amor, Antonio reposó su cuerpo sobre el de Susana, temblando, nerviosa y sudorosa, le preguntó: - "¿Me va a doler?"-
Antonio la miró, le acarició la cara, la besó y le dijo : No te preocupes, no dejaré que nada te pase.
A punto de iniciar ese momento suspendido en el tiempo, descarado, cálido y de ellos, unicamente de ellos ... De un golpe se abrió la puerta de aquel, hasta entonces, tranquilo lugar.
Antonio inmediatamente se levantó de la cama y con su camiseta cubrió a Susana y con la sábana se cubrió su miembro, ambos pálidos y temblorosos miraban a Doña Teresa, la madre de Susana que entre sollozos no entendía la situación, parada frente a la cortina de bambú en menos de diez segundos estaba tendida en el suelo.
Susana rompió en llanto, se vistió rápidamente, Antonio hizo lo mismo y levantó a Doña Teresa del suelo, con ayuda de Susana la pasaron a la cama. Antonio simplemente con cara de frustración observaba a Doña Teresa y pensaba para sí mismo cómo era posible haber arruinado tal momento y se fue a la cocina.
Doña Teresa abrió sus ojos, Susana estaba en frente de ella soplándole la cara con un periódico mientras con la otra, sostenía un pocillo que tenía agua hirviendo con una aromática de maracuyá que Antonio antes de irse había preparado para ella.
Melissa Acosta
Melissa Acosta
--- FIN---
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