martes, 26 de octubre de 2010

# 20

CARTA PARA UN GRAN AMOR…




Mi gran amor aunque nunca me había decidido a escribirte, hoy por una actividad impuestas he pensado en ti para decirte algo importante.

Tú eres el hombre más merecedor de las palabras que vas a encontrar en las siguientes líneas, porque sólo tú has despertado sentimientos tan profundos y hermosos en mí.

Cada que pienso en ti, me lleno de tristeza y de rabia por no poder tocar tus manos, mirar tus ojos, oler tu cuerpo y escuchar cada una de las palabras que mandabas directo a mi corazón. Lindo mi relación contigo sobrepaso los límites de la racionalidad, no te vi nunca como esa persona que guiaba mi vida, sino como alguien que desbordaba mis sentimientos y alejaba todas mis inseguridades.

Recuerdo un día en el que discutíamos porque no entendías el motivo por el cual me aleje de ti, no comprendías como alguien que decía amarte tanto y estar siempre para ti podía alejarse cuando más la necesitabas, no podías creer en mis palabras, pues en ese momento eras un hombre frágil que no entendía que su cuerpo estaba apagándose y que su niña no podía estar a su lado a cada segundo. Mi vida cada que te veía mal, mi cuerpo se debilitaba y mi corazón se alteraba tanto que ya era casi imposible ocultarte que mi organismo somatizaba tú enfermedad.

Mi cielo aunque mi cuerpo y mi alma se tardaron en recuperarse, no me arrepiento de haber quebrantado mi decisión de alejarme, pues cada segundo que pase a tú lado y cada vez que toque tus manos cuando sufrías y pedias a gritos la tranquilidad, me lleno de paciencia, madurez y mucho entendimiento para comprender que no me dejabas sola, pues tú presencia y tú amor siempre se quedaría en mi corazón.

Lindo, ver tú mirada pérdida en un mundo en el que pocas veces compartías con nosotros, verte desesperado llorando por un dulce y escucharte hablando cosas incongruentes, hizo que mi corazón se sintiera extraño porque pasaste de ser un hombre fuerte a un niño frágil, al que provocaba consentir eternamente.

Mi viejo hermoso, con vos me pasaron las mejores cosas de la vida, eres el único hombre del que me he enamorado, no sabes cuanta falta me hacen tus besos antes de dormir, tus palabras de aliento cuando todo parecía no tener solución y esos abrazos que me hacían la mujer más feliz del mundo. Con vos se esfumo mi seguridad y la gran tranquilidad que me producías con tan sólo una mirada, no entiendo cómo he podido estar en un mundo sin ti, nunca lo hubiese concebido.

“Estoy aquí para ti y siempre te voy a cuidar porque eres mi niña inquieta” esas eran las palabras que me protegían del mundo, a tú lado conocí la ternura, el cuidado, el apoyo, la tolerancia y la comprensión. Sabes, a pesar del abismo que existía entre nuestras edades, siempre fuiste un hombre joven, que entendía y era crítico frente a las situaciones, sin juzgar ni reprochar los actos de los demás.

Gracias por traerme al mundo, por darme lo que tengo y por hacer de mí lo que soy. En muchas ocasiones siento que la vida no nos rindió lo suficiente para darnos todo el amor y el apoyo que ambos merecíamos, soy egoísta y hasta indolente al pensar que deberías estar aquí a pesar de todo lo que estabas sufriendo, pues prefería verte ahí para que me amaras con tus gestos y con tus miradas, que estar en un mundo sin mi gran amor.

Amigo para mi fuiste el hombre más perfecto que he conocido, si volvieras a nacer quisiera que no hubieran lazos sanguíneos para que estuviéramos juntos, aunque muchas veces me sentí mal porque nadie entendió nuestra afinidad y el hecho de que mi alma y mi corazón sintiera que te amo como loca, hoy creo fielmente en que no volveré a ser tan feliz como lo fui contigo, aunque tenga hermosas personas a mi alrededor, siempre serás quien conectaba todos mis sentidos.

Papi me enamore de ti y hoy sufro tú ausencia…

Confio en ti y quiero que esperes por mí en la eternidad…





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