Hoy que celebro el primer año de vida de mi hijo, llegan a mi mente los recuerdos de esa niña que en su infancia disfruto de un hogar fraterno, protector, amoroso y responsable, conformado por papá y mamá quienes centraban toda su atención y esfuerzos en sus dos hijas. De allí se comenzó a formar una niña tímida, sumisa, callada y mimada a quien el paso por el colegio y el encuentro con sus amigos la convirtió en una mujer que sin perder su esencia dejo a un lado sus miedos y represiones.
Sin tener muy en claro sus habilidades y debilidades decidió hacer una carrera que a simple vista parecía agradarle, con esfuerzos y nivelando las obligaciones de la universidad y la vida social, alcanzo a ser una comunicadora y relacionista corporativa, haciendo así muy orgullosos a sus padres y terminando así una etapa que seguramente comenzó mas por exigencias del mundo que por su propia voluntad pero que estando allí la encarreto y apasiono.
Aunque toda su vida se vio ceñida a reglas y presiones sociales se ha querido mostrar como una mujer libre y autónoma en sus decisiones, quien disfruta de su trabajo, pues es directora de mercadeo de una empresa importante del país, se especializo en mercadeo en una universidad importante de España y ha viajado a muchos lugares del mundo investigando sobre el tema, porque aunque nada en su vida estuvo bien definido, solo sabia que tenia que tener un futuro profesional exitoso.
Disfrutando de su vida después de decepciones y felicidades amorosas en uno de sus viajes, precisamente en argentina se encontró con un hombre con quien convive hace mas de cinco años y quien la hace sentir feliz y a quien le agradece eternamente el hijo que juntos procrearon y a quien hoy le celebra su cumpleaños.
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