Pero
bueno, ese día de larga caminata y de espera, no fué la primera vez que tuve
que esforzarme por ser paciente… pues esa, la espera paciente, creo que es la
frase que define la primera mitad de mi vida. Primero, esperar nueve meses para
pode ver la luz del sol en cualquier clínica de Medellín; Después, esperar dos
largos años, hasta que llegó la hermanita que no había pedido y mientras tanto,
mi hermana mayor me daba el tetero, a mi, la hermanita que tampoco ella había
pedido; más tarde tendría que esperar, nuevamente, a tener la edad suficiente y
necesaria para ir a la escuela; luego, esperar la edad necesaria para hacer la
primera comunión y entenderla – pero lo que entiendo ahora es que nunca fue
necesaria dicha comunión.-; seguir esperando a cumplir quince años y celebrar
MIS QUINCE, y no los quince de ponqué que esperaba mi mamá… y por fin, en 2004,
se acabó la espera por i primer cartón, ese cartón que te abre las puertas para
ser “alguien en la vida”, por fin en 2004 tenía mi cartón como Bachiller Medio
Técnico En Diseño de Software de la Institución Educativa Concejo de
Medellín. Aclaro que esta fue la peor
espera hasta el momento, pues no tenía la certeza de en que colegio podría
recibir mi cartón, debido a que cada dos años estrenaba casa, barrio, amigos y
colegio. Así, pase primero por el Betel, en Venezuela; después, La Mutis en
Manrique; Luego, Pajarito en Robledo, La Mariscal en Robledo, San Cristóbal en
San Cristóbal, -entre lo que recuerdo-, y por fin, 10° y 11° en el Concejo.
Esperé,
esperé y esperé, hasta aquel día en que recibí mí grado en pregrado, de ahí en
adelante, nunca más tuve que esperar, todo lo tenía cuando quería, porque
quería, porque no dependía de nadie más que de mi misma y de cómo diría nuestro
ex presidente Uribe, trabajar, trabajar y trabajar, frase que desde 2012 se
convirtió en la más corta y clara definición de mi vida, desde el pelo, hasta
los pies. (por cierto, en el 2012, no se acabó el mundo.)
Obsesiva
por el trabajo y mi crecimiento profesional, mientras mi hermano se convertía
en padre de gemelos en 2017, yo creaba mi fundación para niños y recibía mi
diploma en Mercadeo. Y mientras Mateo y Sofía, lo gemelos, estrenaban un hermanito – que si pidieron- en
noviembre de 2020, obtuve mi especialización.
Pero, en
2022, después de trabajar incansablemente 24 horas al día, 7 días a la semana,
365 días al año, sin parar, después de años de sembrar para cosechar los
mejores frutos, por fón obtuve mi recompensa, el cumplimiento de mi sueño
dorado…. Coca-cola…. Y no una coca-cola mega familiar para compartir, era LA
coca-cola, MI coca-cola, trabajar con coca-cola y realizar esos comerciales que
deslumbran a todos y que ganan todos los premios.
Pero, la
mejor recompensa de todas, es que hoy, 30 de julio de 2025, esa recompensa se
ve multiplicada, al recibir un premio cannes por la realización del último
comercial de coca-cola. (#26)
Cannes?? o lo recibiste de unos canes?? DUDA
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