jueves, 28 de octubre de 2010

CARTA #29

Si mi silencio pudiera de repente explicarte todo eso que no sabes, que yo alcancé a saber de ti. Se agotó el tiempo que tenia, el tiempo prudente para arriesgar el todo en este enredo que siempre fue tu ausente compañía… No es que sea masoquista, pero para ser sincero no creo que hayan respuestas que yo no deba saber, y justamente lo frustrante es no tener entre manos la mejor manera de llegar a lo que siempre te has sabido guardar. No sé que sea peor. Desde la primera vez esto dejó de ser un secreto, y aun así abundaban inútiles conversaciones y discusiones disfrazadas de la supuesta ignorancia de no saber de tu condición en todo este cuento. Déjame contarte, que siempre he tenido la respuesta, pero mi bruta y humana necesidad de autoflagelación fue detrás de la misma réplica, esperando que la entregaras tú. Siempre me preguntaba si tal vez, de haber sabido que esto sucedería, lo hubiera evitado. Parece que la vida hubiese escuchado mi cuestionamiento y no sé si a modo de castigo o presente, me concediera la oportunidad de resolver esa estúpida incógnita. Mil veces sucedió y aunque no lo creas, desde la primera vez, ya sabía que habría una segunda. ¿Culpables? ¿Quiénes?. Creo que ese no es el camino, no es por ahí donde debía comenzar, pero al menos hubiese aliviado un tanto la carga. No matan los recuerdos ni la ausencia de algo que al final, ridículamente nunca fue tangible, y aun así, tan inmensamente aprehensible, pero si, el sentir la involuntariosa marcha del tiempo que parece no llevarme a ninguna parte, y que pesa al final del día esa necesidad, que no estoy seguro si es de ti, que nunca fue saciada. Pasaron años sobre nosotros, y sé un par de cosas que te gustaban…sé que te gustaba que me despertara primero y te levantara con un beso en la mejilla, sé que te gustaba mentir y que no lo hacías con la crueldad a conciencia, sé que te gustaba que te preguntaran cómo había sido tu día, que te escuchara, sé que te gustaba que te complaciera en ridículos caprichos sin objeto, y que lo hiciera sin reparo. También sé que odiabas pero al mismo tiempo te gustaba perder cada discusión conmigo, aunque siempre supe que muchas veces falsamente te rendías para dejarme ganar… Sé que te gusta que cuando te alejas, no te pregunte el por qué. Espero que sepas apreciar lo poco que sé de ti, y que sepas perdonar en las que me equivoco, pero la verdad mujer, en tanto tiempo…No supe nada de ti.




#29

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