No sé cómo empezar esta
carta, ya que sé que se te va a hacer muy rara y aunque hemos sido muy buenos
amigos, estoy segura que no te esperas nada de lo que te voy a decir.
Primero quiero agradecerte
por estos meses de interminables conversaciones, eternas cervezas e inmensos
abrazos. Te has convertido en una persona muy importante para mí y mi mayor alegría.
Yo no me lo esperaba, no
buscaba nada de esto que me está pasando, creo que de un tiempo para acá ya no
sólo busco una amistad contigo, tengo muy claro que tú no quieres nada conmigo
y comprendo muy bien tu posición, pero estoy sintiendo cosas por ti que no
logro descifrar. Has pasado de ser mi mejor amigo, a ser la persona que día
tras día me saca sonrisas y hace que se me escapen suspiros.
Tal vez nuestra relación después
de esta carta no vuelva a ser la misma, pero ya me estaba ahogando sin decírtelo.
Espero que ya sabiendo esto
no cambies conmigo y que recuerdes que el primero de cada mes es nuestro y no
hay estudio, trabajo u otras personas que nos roben nuestro día.
Te quiero cada vez un
poquito más.
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