jueves, 7 de octubre de 2010

Carta para un querido enemigo #19

05 de octubre de 2010

Hola Cerdo:

Mientras escribo estas líneas espero de todo corazón que tu vida sea un verdadero desastre, que las cosas te estén saliendo tan mal como sea posible y que hayas considerado ya varias veces acabar con tu sucia y miserable existencia, le harías un gigante favor a este pobre y atormentado planeta que entró en caos aquel sombrío día en que viniste al mundo. También mientras escribo pasan por mi cabeza muchas cosas que he hecho en tu ausencia y que sin duda van a ser bastante dolorosas para ti cuando te las cuenten, te aclaro que cada una de esas cosas las he hecho porque te odio profundamente ya que el día que decidiste meterte a mi vida yo tomé la decisión de que mi proyecto sería destruirte a ti y a toda esa corte de cretinos y prostitutas que te rodea.

¿Te acuerdas del día en que nos conocimos? Pues yo sí, malditas sean la fecha y la hora en que la ingenua de mi abuela decidió aceptarte en su casa, tú con esos ojos de borrego muerto que usas para dar lástima lograste que se ablandara su corazón e inspiraste compasión en todos gracias a tu convalecencia, recuerdo que estabas todo quemado porque por estar robando, como acostumbras hacer, casi te matas, ¡Qué mala suerte la mía!, ese día debiste haber ardido en llamas e irte de inmediato a los infiernos para que no hubieras tenido tiempo de hacer mi vida más complicada de lo que ya era.

Luego llegó el colegio, otra desgracia más para mí cuando supe que nos tocó en el mismo curso y salón, ¡me quitaste a mis amigos! ¡Maldito, cerdo, perro, desgraciado! Pero, dime ahora eso de qué te sirve si cuando acabé contigo todos te dieron las espalda. Lentamente querías meterte en todas las esferas de mi vida, y casi lo logras, pero yo reaccioné más rápido y te detuve en el acto. Sí, sí, sí, yo se que todo fue montaje pero te hice quedar ante los ojos de todos como el ladrón y el mentiroso que yo quería que vieran, porque me molestaba la sola idea de tenerte cerca, de que quisieras ser mi amigo y sobre todo me molestaba la idea de que pudiera caber en tu minúsculo cerebro el pensamiento de que podrías llegar a ser la mitad de lo que soy yo, ¡qué pena! El original siempre es mejor que la copia.

Pero bueno, ya está bien de recuerdos, el propósito de ésta carta esta tratar de hacer tu vida un poquito más miserable y enterarte de los últimos acontecimientos que para ti no pintan nada favorecedores. En mi vida todo va muy bien, mejor de lo que podrías esperar, desde que me libré de ti he vuelto a ser el centro de atención y controlo fácilmente a todos los que me rodean.

Supongo que quieres saber de tu familia y amigos, esa es la parte que más me entusiasma contarte: tu madre, por si no sabes, está enferma, postrada en una cama y casi muerta de la vergüenza por saber la clase de escoria, de inmundicia que trajo al mundo. Ahora, tu hermanito, el siempre tonto e imbécil Camilito, a quién también odio, se encuentra trabajando para nosotros y tengo todos los días la fortuna de tratarlo con la punta del zapato, no tienes idea de lo divertido que es verlo a punto de llorar de la rabia y sin derecho a reclamar nada. De tus sucios amigos no se mucho, los que corrieron con el mejor suerte están en el ejército completamente fracasados, desempleados, y los otros han terminado muertos por culpa de la clase de rumbitas en las que solían colarse.

¡Ay, mira cuántas vueltas da la vida! También tengo planes para tus tíos, ando tratando de convencer a mi papá de que compre las “finquitas” en las que trabajan para poder dejarlos en la calle, o para que trabajen con nosotros si quieren sufrir conmigo, ¿cómo la ves? Acabé contigo, te aplasté ¡Enano! Ahora sí me estás pagando todo lo que me hiciste perro desgraciado, jamás me voy a cansar de hacerte sufrir por haberme hecho sentir desplazado.

Quiero que te quede claro, por si piensas en regresar, que tú a mi me haces los mandados, se necesita mucho más que gritos y que golpes para acabar con una persona como yo, por eso nunca pierdo. Cuando pienses en por qué me ensañé contigo, recuerda que repetiría mil veces todo lo que he hecho si fuera necesario y que lo he hecho porque no te soporto, porque algún día te sentiste más que yo, porque me humillaste y sobre todo porque te metiste en lo que no te importaba, recuerda que basta que con que yo mueva un solo dedo para que veas quién puede más, eso de la manipulación siempre se me ha dado de manera natural.

No quisiera despedirme sin recordarte que te aborrezco, que me das asco, porque eres tan imbécil que tal vez todavía no lo sepas y quiero que te quede bastante claro; mientras quieras estar cerca de mi mundo recuerda que vas a jugar con mis reglas y que yo tengo todas las ventajas para ganar.

Te mando muchos recuerdos y mis peores deseos.
Siempre odiándote y maldiciendo tu existencia.

#19

Posdata:
  • Navegando en la Web me encontré esta frase y de inmediato pensé en ti, ojalá la pongas en práctica, no recuerdo el nombre del autor pero me parece todo un maestro: “Si el suicidio estuviera de moda ya nos habríamos librado de muchos imbéciles”.

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