Si hace 15 años hubiera
decidido estudiar medicina, ahora no sería tan feliz. No tendría tanto tiempo
para dedicarse a viajar, a sus amantes, novios y amigos. Antes creía que la comunicación
no era lo suyo, pero descubrió todo lo que le permitía hacer esta carrera.
Nacer en una familia
numerosa y ser la única mujer de 5 hijos no le agradaba mucho, pero ahora se da
cuenta que eso la hace mucho más fuerte y la hace ver de una manera diferente a
los hombres; tal vez los conozca un poco más que el resto de sus amigas
mujeres.
Tantos hombres que han
pasado por su vida le han dejado huellas imborrables, algunas que duelen todavía y otras que sólo son un recuerdo tonto,
aunque bonito.
Con sus amigas ha vivido
momentos increíbles, momentos llenos de rumba, sexo y rock and roll; tardes
interminables de cervezas y noches de guaro, tequila, vodka y lo que se les
atraviese.
A sus 35 años se considera
una mujer feliz y no cambia lo que tiene ahora por ninguno de sus torpes sueños
de adolescencia.
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