Por fin en mi casa, Me pesan los ojos, hoy fue un largo día. El cuarto es tan húmedo como afuera. Dejo caer mi ropa para alivianar mi cuerpo. Por fin en mi cama, prefiero no cubrirme con las sabanas, dejando mis pechos al aire, buscando acostumbrarme a la humedad. Por la ventana entra un suave brisa que recorre todo mi cuerpo, mis pezones se endurecen, y empiezo a recordar la última vez que otro cuerpo respiraba sobre mí. Mis manos sudorosas comienzan a recorrer mi cuerpo tratando de recordar cada momento de plena excitación, excitación la cual se hace más fuerte a medida que manos descienden sobre mi cuerpo. Al llegar a mi “sexo” ya no estoy en la habitación, mi cuerpo yace en una nube de vapor intenso que altera todos mis sentidos, ya no oigo, no escucho, no veo, solo siento. Algo palpita dentro de mí, siento cómo todo mi cuerpo se contrae, cómo mis muslos se tensan, mis dedos tiemblan y en señal de plena satisfacción de mis cuerdas vocales salen sonidos involuntarios, mi respiración se acelera, mi corazón late cada vez más fuerte, la nube se torna cálida, me abraza un calor diferente al del día a día, es un calor que nace de mis entrañas y que busca salida. Un irritante sonido acaba con la nube en la que estaba sumergida, caigo en la cama y vuelvo a sentir la humedad que desde un principio estaba en mi cuarto. Alguien me llama, es el chico que respiro sobre mi cuerpo antes de que lo hiciera la pequeña brisa que entro por mi ventana. Parece que esta noche habremos dos en aquella nube de vapor que se acaba de romper.
numero 9
Hermoso, pero cambiaría la palabra "SEXO" por algo más poético o distinto, como vagina o sitio de mi sonrisa vertical o algo que suavice lo que expresas y lo haga mas sitíl
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