VIAJE AL SEXO #2

fotografia por: Sylvia Maria Acosta H.

Al mencionar viaje al sexo imagino buscar a alguien, para disfruta de un buen momento explosivo y absolutamente satisfactorio! Parece un pensamiento vacio, que alguien Indague a un desconocido solo para complacer sus deseos sexuales, pero no, ya no es algo vacio es simplemente la realidad, las necesidades humanas que llaman, algo que ahora es tan común que se ventile sin tabú alguno. Es común pensar que en esta época todos buscamos sexo, cumplir sus fetiches y fantasías sexuales, como hacerlo en un jacuzzi, en una tina, con zapatos, con ropa interior de encajes, con disfraces, con mascaras, por teléfono, esposados a una cama, hay tantas maneras de tener sexo y no siempre sexo es tener contacto físico, Pero ni siquiera me atrevo a mencionar la expresión “Hacer el amor” como suelen llamarlo los que se creen enamorados: ¿Hacemos el amor? El amor no se hace, se siente… ¿Alguna vez has hecho el amor? O más bien, ¿Has estado con la persona que amas? o en algún momento de tu vida has tener sexo con alguien solo porque sabes que será la última vez que lo (a) verás, y quieres recordarla con eso, con sexo… Para cumplir las fantasías sexuales, estamos hechos, es nuestro instinto, que no queramos hacerlo es otra cosa, o que no todos quieran por tener tabúes con sus sueños eróticos también influye… Conocerse, imaginarse, acercarse, olerse sutilmente, susurrar en su oído mientas subes tu mano por su espalda, llegar al cuello e inesperada y agresivamente bajar enterrando las uñas para que el sepa que tu estas ahí, gemir para demostrar la excitación que sientes…él a la espera de lo que vas hacer…eso es magia, un verdadero viaje…pensar que vas hacer? Como lo vas hacer? Mientras continúas dejándote llevar por el momento, agresivamente le tocas el cuello y con la otra mano sueltas tu cabello, él te acorrala contra la pared, te tiene de tu cabeza, mientas metes entre tus dedos su cabello y ligeramente lo tiras un poco…y aparece una sonrisa pícara en tu rostro porque sabes que le duele pero lo excita a la vez, como su cuello es su punto débil lo besas con tus suaves labios, y le pasas tu lengua hasta llegar a su oreja, simultáneamente comienzas a subir tu pierna entre las suyas…lo besas, se unen las lenguas, se muerden los labios, su respiración y ritmo cardiaco continúan en aumento…sus manos comienzan a bajar suavemente por tu pecho, por tu abdomen, bruscamente él bota lejos tu blusa, tus manos siguen las de él, e igualmente metes tus manos entre su camisa, tocas su abdomen, espalda, y llegan a los cinturones, BENDITOS CINTURONES, después de luchar unos segundos con eso lo botas al carajo, abres lentamente cada botón de su pantalón y tus manos se deslizan, él comienza a desabrochar tu brassiere, cuando logra esto lo deja caer sutilmente mientras tus pechos quedan al descubierto, así que mas piel y menos ropa, y ahora es tu turno, le quitas la camisa, su pecho y el tuyo se unen, sus pieles se erizan con cada caricia, con cada rose, cada momento es más candente que el anterior, bajas sensualmente, despacio pero agresiva, comienzas a bajar su pantalón, quitas 1, 2 zapatos, y el alza sus piernas porque quiere que te quedes ahí, le quitas las medias, sacas una parte del pantalón y luego la otra y subes lentamente tocando con tus manos sus piernas, tocas su entrepierna y suave pero ligeramente aprietas un poco para que te sienta, él sin duda mete la mano entre tu ropa interior, y desliza sus dedos entre ella, te toca suavemente pero cuando ya siente lo húmeda que estas se vuelve más brusco y excitante, la respiración sigue en aumento, y metes tu mano entre sus bóxer, lo tocas suave mientras luchas con tu cuerpo porque lo que deseas es llevarlo hacia ti para que te penetre, pero no, deslizas tus manos entre sus genitales y acaricias, cuando ya no puedes mas lo tocas con más fuerza y respiras en su oído…haces cosas inimaginables con tus manos pero luchas por no lastimarlo…cuando definitivamente sabes que no puedes más le pides que te penetre suavemente…adiós al resto de prendas que quedaban, con fuerza volaron lejos, la ternura terminó, comienza el sudor, la respiración acelerada, gemidos…hay agresividad, la pasión es lo que nos gobierna…penetraciones más fuertes, más rápidas, subes tus pies y haces movimientos con tu pelvis que hacen ese instante más placentero, gimes, gritas, respiras intensamente para que te escuche, le pones sus dedos en tus pechos, te gusta que te haga saber con sus sonidos si le gusta lo que pasa en ese momento, bajas tus pies y comienzas a besar sus labios, su cuello, su pecho, abdomen, bajas, bajas, bajas y con tu cabello suelto y tus manos arañando sutilmente su pecho, besas, pasas tu lengua, y le haces saber que tanto puedes hacer con tu garganta, lames, mordisqueas pícaramente, y vuelves a subir poniendo sus manos en tu trasero, subes de nuevo, y haces señas o movimientos que le indiquen que también quieres que baje, después de que ya estas completamente satisfecha con eso, le dices que suba con un suave movimiento en tu pie, te volteas un poco y comienzas a bajar desde tu torso pones tus manos en la pared y pones sus manos en tus piernas, luego en tu pecho mientras tu cabello se agita, tu sudor cae y solo los sonidos producidos por el cuerpo son la música que suena en ese momento. Después de variadas posiciones, cantidad de besos, caricias, gemidos, gritos…que se venga cuantas veces pueda, después varios encuentros exhaustivos…lo dejas, le dices gracias por la llamada, te acuestas, te pones tu tanga, subes tu pie y enlazas el tacón de tu zapato en ella, mientras queda el rastro de cuantas veces te complació con su voz, te has fumado unos cuantos cigarros, los pétalos de rosa que le dieron romanticismo a esa conversación , y finalmente tomas tus tiquetes y te dispones a pensar en tu próxima llamada para tener un viaje al sexo…

fotografia por: Sylvia Maria Acosta H.