Desperté entre las sábanas sintiendo el olor de un perfume agrio y sin brillo,
El día nublado evocaba tu recuerdo rancio como tus palabras, triste como tus caricias.
Mis ojos apenas entreabiertos descubrieron mi cuerpo intacto, incólume,
como esperando el bullicio de tus palabras,
recordé entonces una caricia lejana,
un levitar perenne entre las pasiones febriles que se posaban en la almohada
y te extrañe…
El día se cansa de oir mis susurros a la nada quizá tratando de disipar mis deseos.
Mientras el agua de la ducha calienta mi cuerpo intentando internarse en las comisuras de mi sexo,
Te imagino, te sublimo a una imagen penetrante, casi real
Pero no hay más que silencio tras estas bambalinas donde el sol ya no me acoge,
Tu cuerpo, lugar de pasiones desaforadas,
Una penumbra sublime y arrogante no es más que tu ausencia perdiéndose entre mis dedos mientras la tinta del papel destroza tu imagen en palabras, versos y cuantos idilios fallecen en mi mente. #3
Impecable, hermoso y contundente.
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