Suaves movimientos, dulces palabras, inofensivos golpes; todo, aunque parezca muy planeado, es muy inconsciente. Su delicadeza que la caracteriza se polariza y ahora sus movimientos bruscos son los que en realidad la hacen notar.
Armonías que dejaban sus melodías en nuestros más bajos instintos seguían haciendo ruido y nos llenaban poco a poco con su ritmo, hasta que de repente, la música paro de sonar, el ritmo dejo de movernos, el silencio nos consumía; simplemente se sentían unas cortas pero satisfactorias palabras que hacían conexión con sus gestos, los cuales dejan a la luz pública, o quizás a mi luz, un lado de ella que a lo mejor pocos conocen. O tal vez eso es lo que todavía creo pero al fin, lo apoteósico que fue el resultado deja la certeza de que se repetirá. # 8
la idea es buena pero se debe trabajar mucho mas
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