domingo, 15 de agosto de 2010

Viaje al sexo # 33


Muchos expresan con gran indiferencia: Si claro, se puede tener sexo sin amor. Pero eso lo dicen los que no han experimentado la verdadera esencia del amor, los que han recibido golpes tan duros por parte del amor que terminan por entregar ese sentimiento al vacio y lo dejan caer en un agujero negro lleno de desilusiones, y que por ello se sienten tan derrotados que no son capaces de volver a mezclar esa divina sensación entre el cariño puro y el placer extasiante, y a la final se conforman con saciar su egoísmo al sólo tener sexo sin amor.

Pero los que saben a lo que me refiero, tienen muy claro que esa combinación fugaz te lleva al resguardo más intenso de tu ser y puedes perder el control de ti mismo.

No es solo el roce entre un clítoris y un glande, el verdadero punto G es cuando lo pierdes todo: los límites, la noción del tiempo, hasta pierdes la conciencia al dejarte caer en un elixir de dulce ambrosia de dioses.

“Cada molécula de los cuerpos llega a mezclarse de tal modo que no sabes quién es quién o qué es qué”.

Y cuando la exquisita confusión es más intensa, crees que vas a morir, y de algún modo mueres por unos segundos, quedándote solo en tu cuerpo separado, pero la persona que amas sigue ahí, ¡Es simplemente un milagro!

“Puedes ir al cielo, hablar con Dios y regresar con vida”.

Lo mejor es que puedes volver a ese punto siempre que quieras, con la persona amada.

Por eso a los incrédulos que siguen pensando que es mejor tener mucho sexo sin amor con un sin fin de personas, les digo que es mejor amar, haber perdido la pelea y volver a intentarlo una y otra vez, que alimentar el ego altruista de sus genitales y tener sexo sin sentido alguno, sólo para complacer el amor que se tienen a sí mismos.

Danny B.

2 comentarios:

  1. es un informe?
    no hay gusto ni conexiones que te brinden un sueño, es plano y el análisis pobre, aunque lo tratado es interesante la manera deja mucho que desear. Inténtelo con estas misma ideas

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