Este bar queda en el lugar más común para salir en Medellín. Para entrar se debe subir unas escaleras las cuales llevan a una especie de balcón donde se puede divisar todo el parque, sus sillas y mesas son de madera y cuadradas sus paredes tanto adentro como afuera son rusticas pero bonitas, tiene un lugar pequeño que queda más alto que el nivel del resto del bar para aquellos que quieren estar un poco más solos en el bar (el cual también es de madera) hay infinidades de licores y 5 meseros esperando atender las mesas. Algunas paredes tienen letreros como “El tabaco es perjudicial para la salud” o algunos cuadros comunes adornando el lugar. Allí al pedir cualquier tipo de coctel se le dan 2 más, lo que quiere decir que son 3 x 1 al igual que las botellas de licor pero estás son 2x1, de modo que la mayoría de personas salen un poco pasadas de tragos; también se ofrecen picadas y comidas ligeras, adecuadas para aquellos que están tomando, los baños son demasiado pequeños, rodeados de muchos espejos y con tres sanitarios lo cual lleva a que la gente medio se pelee por quien entra primero.
Eran como las 10 p.m. cuando llegué y al sentarme pude notar una pareja muy junta besándose, la cual tenía alrededor muchas copas de cocteles vacías, me causo mucha gracia porque era obvio que estaban ebrios, la noche continuaba y ellos seguían dando un espectáculo un poco bochornoso pero a la vez envidiable porque se notaba el “amor” que se tenían cuando se hablaban con sus caras juntas casi, creo yo, que sin poder respirar.
Después de un rato observándolos y disimulando para que no se dieran cuenta, me percate que él tenía un anillo de matrimonio en su mano y oh sorpresa ella ¡no! Entendí que era lo que pasaba allí, obviamente era su amante, pensé que era el colmo, todos los hombres son iguales y lo peor es que estaban en un lugar público donde cualquiera los podía ver. De todos modos es su problema.
La mujer aquella tenía alrededor de 25 años y el tipo unos 36, los dos con buena apariencia física.
Luego se notaba que él le pedía que se fueran, pero ella quería quedarse otro rato más, me imagino que él quería que le definieran tanta calentada que le habían metido con tremendos besos y manoseadas, pero la mujer insistía en quedarse, porque ella misma llamó al mesero para pedir otra ronda de cocteles, él hizo una cara molesta pero ella le hacía señas de que era la última.
Mientras se lo tomaban se pusieron a reírse de carcajadas, tal vez por ebrios o quizás burlándose de la pobre esposa del tipo este, que sin ningún escrúpulo le ponía el cuerno. No terminaron de tomarse los cocteles y volvieron a los besos apasionados, lo cual comenzaron a pararse para irse del lugar, él llamo al mesero rápidamente y pago sin importarle casi nada, creo que hasta pago de más, pero lo que le interesaba era irse con su chica rápido de ahí, ¿A dónde? Quién sabe, se los dejo a su imaginación.
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