Caminábamos por la carrera 46A, vía principal, ruta de bus, única entrada al pequeño y mejor Municipio de Colombia (Así lo hacen llamar, cosa con la cual no estoy de acuerdo). Íbamos caminando, y ahí estaba, en medio de la cuadra, entre el taller de mecánica “Juanchomoto” y la única y desconocida sede del diario sabaneteño “El periodico”, sí, ahí estaba, “Un Bar” con unas cuantas mesas de madera cada una con sus respectivas sillas o en su defecto butacas (incomodas). Que más da, hacemos cualquier cosa por tomarnos una cervecita bien helada, donde sabemos que pagaremos por una cerveza su valor oficial, no que luego de haberte tomado una, cobren como si hubieras bebido 4. No, eso allí no pasa, lo que si pasa es que cada vez que llegas deseas con todas tus fuerzas que el único, delicioso y cómodo mueble este desocupado, pero no, hoy no es nuestro día de suerte. Hoy está ocupado por una particular pareja, ella lo manotea, el ríe (estoy segura apenas se están conociendo), él la mira con deseo, ella intenta no mirarlo mucho a los ojos, veo que en su mesa tienen dos tequilas (esta fuerte la cosa). Piel trigueña, ojos miel, 1.65 de estatura, poca delantera, pero muy buen trasero (lo note, se paro al baño), digamos que estudiante universitaria, con cara de llamarse como Mónica o tal vez Marcela, pero veo una “M” en ella, a él no le veo como cara de nada o sí, cara de bobo, ni tan bobo, él sabe lo que quiere de ella.
Te gusta esa canción?...siiii…a mi también, hay nooo tan “amigos”. Eso dele más tequila, así cae más rápido. Nos gusta la misma música, dice él, mientras tararea la canción como si la supiera (ridículo) , no, más idiota ella que cree que a él de verdad le gusta. Ahhh se me acabo la cerveza, en su defecto como buena pobre, la plata. Ojalá su noche tenga un final feliz o bueno al menos ella sea viva y disfrute al man.
K Vásquez Guzmán
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