sábado, 27 de agosto de 2011

Bar



Eran las 12 del medio día y me fui a café de los domingos junto a mi casa a ver qué pasaba por allí de interesante, entrar ya era diferente, la puerta grande de rejas, lleno de arboles y de piedras, unas mesas, una fuente, un lago, patos y peces… los colores cálidos y tranquilos cafés, rojos, dorados, objetos muy rústicos, una pantalla gigante par el cine, al frente una sala de cine como con 10 sillas antiguas, no se ven muy cómodas, pero si se ven muy para el lugar, libros por montones y sofás por ahí a lo largo de la casa antigua que fue convertida en café y que también es un museo...
Muchos de los que visitan el café, son jóvenes universitarios, algunos adultos que pasan ahí la tarde y quieren tener un momento de reflexión y de tranquilidad, el lugar es muy fresco, sereno y diferente en medio del ruido de la ciudad, pareciera que el campo pasara a la ciudad y comenzara un contexto disímil …Los visitante, concentrados en sus portátiles y yo, simplemente sentada en una esquina del café para observar tranquilamente como las personas interactuaban entre ella, me dedique a hacer mi labor investigativa; el mesero se me acerco, me trajo la carta; mi pedido, una señorita Taylor para disfrutar la tarde…. De pronto, entraron al café dos jóvenes como de edades entre los 20 y 21 años risueñas ellas y muy serias, cada una con su bolso de mano y cuadernos en los brazos, un tanto encartadas pero se veían tranquilas, se sentaron le mesero fue donde ellas, les dio la carta del lugar, hicieron su pedido y se dedicaron a descargar todo lo que traían en sus manos y brazos… Se miraron y comenzaron una conversación que pensé duraría toda la tarde y que mi visitara seria larga y extensa…me imagino que la presentación entre ellas se podía omitir; ¿tema?, los profesores y los amores de la U, un chico, ¿ interesante?, tal vez… o simplemente un chico que las ha hecho sufrir, a una de ellas a Sandra que se ve más intranquila que Claudia que mira como con desconsuelo a su amiga, asientan con la cabeza, se miran y hablan, - “es él, el que me hace infeliz, no lo quiero ver más, me ha hecho sufrir tanto, he llorado tanto por el” -
Esa tarde había poca gente así que el pedido no se demoro mucho en llegar y en para la conversación de las dos jóvenes: un Manuelito Fernández y un Maniarres fue lo que alcance a ver que habían pedido, (conozco bastante del los cafés del lugar pues lo visito mucho) ; continuando con las dos jóvenes: “simplemente no vale la pena” dice Sandra a su amiga al mismo tiempo que abre un cuaderno cargado de información como queriendo evitar el problema de los amores y centrar su atención en el examen de la tarde, las dos miran el mismo cuadernos, sacan calculadora y por lo que noto, finanzas es su carrera o algo relacionado muy con la matemática, cuentas y cálculos…un tanto aburridor para mi
Se preguntan entre ellas, me imagino que no serán solo sumas, por la cara de enredo que tiene estas dos mujeres, la una le explica a la otra 2+2 = 4,  6x5=25 y así el resto de tarde en que se terminan cada una su café…. Para mi sorpresa las dos jóvenes hicieron mi tarde placentera, porque su idea de café era repasar para el examen de ese profesor Carlos que tanto les ha hecho el semestre imposible.
Se pararon, fueron a la caja a pagar, pues se les hacia tarde para volver a su vida de estudiantes…empacaron maleta y simplemente se marcharon del lugar si dejar rastro y sin decir una sola palabra más que Gracias al mesero que esa tarde las atendió.

Andrea Cardona Jiménez

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