jueves, 18 de agosto de 2011

Viaje al Sexo


-        A  si mí me gusta hablar después de un buen viaje…
-       ¿Para qué quisiera yo hablar después? Sin tuviera la necesidad de ejercitar mi lengua  me compraría un bonbonbum y ya.
-       Para mí la conversación depende mucho de cómo haya sido el aterrizaje, pues, si al final el llega, y yo no alcanzo ni a abortar…pues, ustedes me entienden… yo si prefiero darme la vuelta y dormirme, o fingir que lo hago, para evitarme el mal momento.
-       Jajajaja! Como es de horrible cuando eso pasa, sobre todo cuando es un desconocido, ¿Uno de que habla?
-       Yo estoy segura que de la pura incomodidad hablaría de lo que fuera, no sé, miraría los muebles o cualquiera de esos cuadros todos imbéciles que hay en los cuartos de los moteles y comentaría algo sobre ellos….
-       ¡Ah no ome! Te pregunta “¿Te gustó?” y vos le respondés “Vos crees que lo de ese cuadro sea una cebra o un código de barras?
-       Pues, si no conoces a la persona ni ella a ti, que les puede importar si compraron pasajes juntos y terminaron en aerolíneas diferentes…
-       Yo pienso que es mejor hacerlo con alguien que conoces, es que, así sin conocerse ¿quién emprende un viaje tan íntimo?.
-       Es que eso es por parte y parte, con alguien que ya conoces es de cierta manera más cómodo porque sabes que le gusta y que te gusta a ti  y eso… pero con un desconocido es como más interesante…
-       Yo sé que no sería capaz… prefiero conocer el itinerario completo y el tiempo de aterrizaje antes de abordar el avión.
-       Eso es verdad, hay quienes prefieren sobrevolar el área antes de llegar y otros que si aterrizan sin dar aviso ni a la torre de control.
-       Jajajaja  ¿Entonces aterrizaje forzoso al final de un viaje turbulento?
-        Lo mejor es un despegue sin contratiempos, un buen manejo del trafico aéreo por parte de la torre de control para que le viaje sea perfecto. 

 Laura M. Arias Gómez

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