Estoy a punto de emprender un viaje, con rumbo hacía lo desconocido, ya tengo listas las maletas, no llevo muchas cosas porque me gusta viajar cómodo, además me han dicho que el lugar a donde voy suele ser caluroso. No pensaba emigrar tan rápido pero tengo curiosidad de visitar aquel sitio del que todo el mundo habla y si todos hablan de él es porque algo bueno existe y yo lo quiero conocer. Me dirijo a la estación del metro y espero ansioso a que el tren haga su parada, aunque sé que el recorrido es corto la espera se va haciendo eterna. De repente ya me encuentro adentro del vagón y éste inicia su movimiento. La primera estación es BESO, acá se han quedado varias personas, por lo que veo no aguantaron el viaje o quizás el beso era su único destino, la próxima estación CARICIAS, muchos salieron corriendo como si tuvieran afán o hubieran visto algo extraño que los hiciera moverse despavoridos. Mientras tanto muchos incluidos yo seguimos nuestro recorrido, al tiempo que se escucha salir de los parlantes del vagón una voz melodiosa que dice siguiente estación EROTISMO, pocos se bajaron, en la cara de muchos se notaba el deseo de querer llegar rápido al destino final.
Me comienzo a desesperar un poco porque se escuchan murmullos diciendo que este es el trayecto más largo que por lo menos hay que esperar unos 10 minutos o más, la velocidad del tren disminuye, me bajo y una joven hermosa me dice BIENVENIDO AL SEXO, que disfrute su estadía, el lugar se ve mucho mejor de lo que me contaron, me gusta lo que veo, iré a comprobar si es tan bueno como muchos han dicho, ya hace mucho calor y me cuerpo suda y mi respiración esta acelerada, seguiré mi camino y por lo que siento creo que volveré en mis próximas vacaciones.
POR: JORGE ANDRÉS TABORDA SALDARRIAGA
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