domingo, 28 de agosto de 2011

Que puede ser peor, ¿entrar a un lugar que no te gusta pero acompañada de la persona más especial de tu vida?, o ¿estar en el lugar que más te agrada visitar pero con una persona que no aporta nada en tu vida?. Quizá esto es lo que le suceda a Jessi, o está en un lugar que la aburre o el man con el que está le causa sueño. Digo esto porque yo estoy pasando de maravilla, estoy en un lugar divertido al Sur de la ciudad, es un lugar original y con un ambiente genial, pero este personaje del que les estoy hablando parece que se divirtiera mas cuando el man se va para el baño, o seguramente el no le pregunto a donde quería ir, porque ella prefiere escuchar Rock y Electrónica, que escuchar porros, merengues y reggeton. En la cara de ella se le nota que está pensando “maldita sea, porqué salí con este entumido”. Toda la noche se le ha notado la intención (a Jessi) de pasar un buen rato, pero no es imposible lograrlo, aparte que se le nota la desesperación, cuando se para a bailar, el tipo parece saltando lazo. Si un hombre no sabe bailar, no sabe nada de nada (de aquello), no sabe conquistar una mujer, porque de las cosas que mas le agradan a uno es un tipo que sepa bailar y que te haga reir mucho, pero este tipo, el acompañante de Jessi tiene cara de descachado.

Está comenzando a amanecer, son las 2:00 AM, y como los tragos comienzan a hacer su trabajo en el cerebro de Jessi, ella comienza a ser mas despectiva con el personaje que la acompaña y al contrario comienza disimuladamente a mirar al mesero. Es que los mesero siempre son la salvación cuando una mujer esta aburrida, por lo menos sirven para una deleitar la vista. Pero como no falta el lento, el hombre que la acompaña no se da ni por enterado de lo que esta pasando, y ella en cambio deja ver una que otra sonrisa. Como ya el objetivo es otro, Jessi, ya se para a bailar, eso si sola, aunque el que la acompaña también se levanta a bailar con ella, Jessi lo que quiere es que el mesero la mire, y contemple su belleza, lo que pasa es que hay tanta gente que su objetivo se ve diezmado, pero la discoteca la cierran a las 4:30 am, todavía tiene tiempo para seguir intercambiando miradas con el mesero.

Poco a poco, el “buen” acompañante de Jessi, comienza a sospechar que su amor platónico le está sacando el cuerpo y comienza a decir “vámonos ya”, por su parte ella, se hace la sorda, se va para el baño, se encuentra con su mesero, le da su número telefónico, aclara que el tipo aquel no es su novio, y vuelve a la mesa con ganas de irse. Pero el tipo ya no está.

Hay muchas posibilidades: o Jessi se fijo en el que no era y perdió el verdadero amor, o definitivamente el amor a primera vista si existe y su mesero la atenderá siempre.



Sara Gómez López

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