miércoles, 14 de septiembre de 2011

ENCUENTRO DE AMIGOS

Era una noche muy fría, lluviosa y helada en el bello oriente antioqueño, departiamos varios amigos de largas jornadas de campaña, el día estaba para unos buenos aguardientes, llegamos al lugar preferido, una esquina, con mesas y sillas en madera, cafés oscuras, un lugar rodeado de montañas, de árboles, una vereda donde prima el verde y los bellos colores de las flores, es un lugar pequeño, pero acogedor, con muchos campesinos, de dueños de fincas, adentro un lugar campesino, a un lado un billar súper!, a otro lado señores en una mesa jugando cartas y en la barra un tierno viejo "DON SABINO",  una vitrina con chorizos, empanadas, buñuelos; varios campesinos tomando aguardientico.  Pedimos un litro de aguardiente para entrar en calor, a un lado se encontraban  dos bellas chicas, una morena  alta, de cabello ondulado, esbelta figura, en espera de alguien porque no paraba de mirar su reloj, su celular a un lado anhelando escuchar a  quien porque la hacía suspirar; la otra compañera rubia, no tan alta ni tan bella, pero exótica, con sus bustos casi afuera, unas caderas  de morir,  con linda sonrisa, coquetiando con cuanto hombre guapo pasaba a su lado, muy pendiente de su alrededor...

En la esquina de aquel lugar se encontraban cinco caballos de paso, divinos, pero el que más me gustó fue el azabache, de patas grandes, gruesas, su pelo brillante, la cola gruesa; pero estaba mejor el dueño, un hombre alto, acuerpado, con unos ojos azules, divinos, no tenía nada feo, sagrado rostro!!!.  la joven rubia no sabía como hacer llamar la atención, hasta que el hombre guapo de ojos azules se paró al lado de la morena y muy gentil les brindó un aguardiente, entre risas, coqueteos, miradas lanzadas, la morena seguía contemplando el reloj y el celular, pero la noche ayudaba a seguir en aquel lugar, comenzó a llover durísimo, entre neblina, lluvia, frio, aguardientico, sonaba aquella buena melodía de Vicente Fernández "estos celos me hacen daño...." y salud! todo estaba equilibrado, el lugar, la música, el guaro, las bellas damas que adornaban el lugar, depronto suena un rayo muy fuerte  y los caballos se asustan, relinchan, nada mejor que otro aguardiente para el susto y que suene "caballos de patas blancas"..y salud!!!

Ya el ambiente se tornaba más acogedor, más alegre y menos frío, claro ya con el calor del guarito,  se escuchaba las risas, más gente con la copa levantada y  salud!!, ya calmaba el agua pero era más la neblina, cuando depronto hubo un cambio de escenario, nos entramos al lugar, una buena mesa de billar, entre copas, risas, encantos, cantos, salud!!!..me hacerqué a la barra y lo mejor un viejo divino, canoso, de ojos grandes, DON HORACIO"...muy sonriente y tierno, me dice "seño desea escuchar algo?", cuando miro a la derecho y semejante piano!!! que nota! y buscar canciones, a gozar y salud!! estábmos estrenando piano, dotado con música vieja, los Cuyos, Vicente Fernández, las Hermanitas Calle, los Visconti, Antonio Aguilar, el Charrito Negro, en fin no terminaría de mencionarlos...

Ya había parado la lluvia, cuando de repente miro hacia el frente y veo aquel hombre guapo de ojos azules con la morena alta, en la misma mesa, compartiendo aguardiente con su amiga que tuvo que darse al dolor de que aquel hombre varonil se fijara en su amiga, pero cuando de repente llega una camioneta grande, lujosa, no más que una BMW negra, de vidrios polarizados  y se baja un hombre imponente, feo, pero con un sombrero! bien vestido y la joven morena se aparta ligeramente de aquel hombre de ojos azules y su amiga, la rubia inmediatamente se acerca a aquel hombre guapo y lo abraza, la morena corre en busca del hombre feo, le da un beso, se acerca a la mesa donde estaba su amiga, la rubia, con el hombre guapo, se saludan, le brindan un aguardiente y el hombre feo se lo toma, no se quedan diez minutos y de repente el hombre feo va al baño de aquel sitio, al salir coge de la mano a su morenta bonita y dejan a la rubia con aquel galan....la rubia finge estar bien, el hombre guapo encartado, porque todo cambió en aquella mesa, ya no habían sonrisas, ni salud!, había tragedia en sus rostros, la joven rubia toma su bolso, entra al baño, el hombre guapo inmediatamente entra y sale del lugar acogedor, se va en su carro, la joven rubia sale a la mesa, mira a su alrededor, hace señas a un señor, habla con él y no puede con su cara de angustia,  habla por celular y espera...esperar qué???? pobre mujer, yo metida, me acequé y le dije "en una media hora nos vamos a Medellín, si deseas te llevamos.." ella muy apenada, con una leve mirada me responde que de una!! salud, carcajadas...no eramos los únicos metidos y pendientes de las bellas jóvenes....

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