VIAJE AL SEXO
Cuando nos hablan sobre un viaje, inmediatamente nuestra mente empieza a recrear e imaginar lugares hermosos, agradables y quizás excitantes, sin embargo, no todos los viajes se enfrentan de la misma forma… Actualmente los jóvenes cuando suelen decir “uy mero viaje”, suelen referirse a un sin número de connotaciones dependiendo del contexto en el que se estén ejecutando dichas frases, entendiendo contexto como el lugar, personas o el tema que se está entablando… Suelen utilizar aquella frase para referirse a un momento en el cual su mente se encuentra dispersa por un vicio “x o y”, o también pueden utilizarla para referirse a una mujer determinada, la cual puede causar tantas sensaciones en uno o muchos hombres que es capaz de hacerlos viajar en un mundo fantasioso, en el cual logran liberar todo ese estrés que envuelve la cotidianidad citadina.
Aunque sea la misma mujer ejecutando el mismo viaje, no todos los viajes se dan al mismo lugar y no todos los viajeros empacan la maleta de la misma manera…
Pues algunos, solo buscan encontrar una simple satisfacción corporal, y muchos otros buscan llegar a lo más recóndito de esa mujer, es decir, buscan explorar lugares jamás explorados, logrando con ello no solo la satisfacción carnal sino también viajar a un mundo de ilusiones que nos permite pensar por un momento que estamos tocando el cielo con las manos y que las estrellas se posan sobre nuestros cuerpos ya que no hay una luz más fuerte y con mejor brillo que la que percibimos en el momento en el cual tenemos contacto piel a piel con esa persona que amamos.
Pero volviendo al sexo y alejándonos un poco del amor, podemos descubrir que es uno de los ejercicios más completos que el ser humano haya podido inventar, pues es en este viaje donde quemamos al máximo las calorías de nuestro cuerpo, y donde terminamos completamente agotados pero satisfechos por los logros obtenidos después de una buena noche de pasión. Es ese sudor, esas caricias, esos gritos desaforados por parte de los integrantes de este ritual los que nos permiten conocer una nueva y buena manera de vivir, más hoy que solo nos preocupamos más por la batalla que se vive en la calle y no por la guerra que podríamos brindar en una cama.
CARLOS ARANGO
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