jueves, 29 de septiembre de 2011

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Robaban doncellas, escamas de acero, afilados y amenazadores dientes que partían hombres en dos, su sangre era considerada como venenosa y su aliento, además de fétido e insoportable, lanzaba llamas... llamas que quemaban pueblos enteros y calcinaban hombres, ojos que al verlos petrificaban seres y eran incluso capaz de fulminar a sus adversarios, alas que producirán el viento y creaban tormentas que azotaban a toda una región, muy pocos guerreros se enfrentaban a semejante demonio, ya que se necesitaba de una enorme valentía para enfrentarlos o quizás de una gran demencia para ir por ellos; una descripción tan real que parecían estar dentro de la carpa, pero en realidad, se encontraban dentro de las palabras y el saber de un hombre que cada vez que abría su boca tomaban vida los Dragones. Estar en ese circo y escuchar esa maravillosa descripción de los Dragones me hacia querer estar en la Edad Media para poderlos ver como dominaban el cielo y se hacían dueños del mundo.






Un lugar lleno de historias, cuentos, poemas encerradas en un libro esperando a ser leídas para poder vivir, todo tipo de libro para cada tipo de persona, es aquí donde los hombres solitarios esperan años para que esta feria de inicio para estar acompañados de una buena historia para entretenerse el resto de su vida.

“Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro”. Emily Dickinson.



Por: Daniel Vanegas Ruiz

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